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Política Digital: una nueva forma de activismo político

La tecnología no es el problema.
Las personas son las que están detrás de las herramientas”

Nicholas Hauw (@nicolashauw / QEC-ERAN)

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El activismo, la protesta, la expresión de las ideas, de las quejas, de las opiniones no depende de la tecnología. Hemos usado pancartas, organizado marchas, pintado paredes, hemos sido creativos en los canales de comunicación.

Dos definiciones para orientarnos:

  1. El concepto de activismo se puede generalizar como la acción o la actividad sostenida con intención de efectuar un cambio de índole social o política, usualmente dirigida a favor de una postura particular dentro de una disputa o controversia. La prensa a veces usa el término activismo como sinónimo de manifestación o protesta. En las ciencias políticas también puede ser sinónimo de militancia, particularmente para una causa.[1]
  2. Un activista cívico es un ciudadano que, de modo individual o colectivo, desarrolla actividades vinculadas con la defensa de las libertades públicas y los valores de la democracia en el marco del Estado de Derecho. Defensa del medio ambiente, los derechos humanos, la paz, la lucha contra a discriminación, la pobreza, etc.[2]

Nos preguntamos entonces si en la actualidad se consideran estas formas de alzar la voz efectivas, si contamos con alternativas para hacer ejercer nuestra palabra o cuáles se corresponden con nuestra realidad, con sus exigencias y cuáles con las nuevas formas de empoderamiento y ciudadanía?. Y por supuesto, hoy en día ¿cualquiera de nosotros puede ser activista?

En nuestra sociedad de la información y el conocimiento existen plataformas de uso digital que permiten a la ciudadanía colaborar con propuestas nuevas y soluciones a problemas ya existentes. Iniciativas ciudadanas como las que siempre han existido, pero que utilizan la web y las herramientas digitales para potenciar sus acciones y hacerse escuchar. Pero las herramientas facilitan el trabajo mas no son el fin, su presencia no justifica el objetivo de una iniciativa.

Lo digital ¿gap u oportunidad política?
“Digital” es un concepto que en estos momentos implica tecnología, por lo tanto, un cierto grado de conocimientos. Esto muchas veces genera cierto impedimento derivado de temas educativos, de acceso, conectividad, seguridad, etc. El desarrollo de la política digital no es excluyente y debe tener en cuenta estos “gaps” para poder generar otro tipo de acciones que los salven.

Pero, ¿qué es la política digital?
Política digital no es la página web de un ayuntamiento. No es la oficina de administración gestionando trámites on-line. No es un sistema de votación on-line que elimine el fastidio de los comicios presenciales.Política digital no es, ni siquiera, la cuenta de twitter, el blog o el facebook de un concejal.

“La revolución digital, más que una revolución política
es definitivamente una revolución social y cultural.”

Nathaniel Ashford (Action Aid)

Para nosotros la política digital es una nueva política. Y en la nueva política los individuos intervienen, utilizan los medios que están a su alcance como eslabones de una enorme cadena que los interconecta y les da responsabilidad. Mientras los políticos de antes se obsesionan viendo en los ciudadanos activos en esta red a personas más beligerantes y reivindicativas o agendas políticas muy determinadas, los políticos adaptados a su tiempo ven comunidades activas, interesadas e implicadas en al gestión municipal, un auténtico radar que permite detectar temas de interés o generar colaboración ciudadana.

La política digital son conversaciones dónde los que intervienen se escuchan, se respetan, debaten, afirman, defienden.

La vieja política se basa en: temor, recelo, control.
La nueva política despierta: creatividad, diálogo, participación.

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